¿Os acordáis? Hace tiempo recopilé las bandas sonoras del traductor y del intérprete. Pero, como sabéis, los expertos de la lengua ejercemos más funciones, como la revisión y corrección de textos, y la “música profesional” de hoy está dedicada a todos los profesionales de estas profesiones lingüísticas.
Los revisores y correctores somos personas a la caza de cualquier Mistake, por muy pequeño que sea. Para ello, además Eagle eyes también necesitamos lo que en teoría también debería usar el mismo autor del texto: un Spell check. Una actitud pasota no es una buena actitud para corregir, porque quien piense que Nevermind the typos, no pinta nada en esta profesión. En resumidas cuentas, nuestro trabajo consiste en Search and destroy. Pude sonar algo bélico, pero la verdad es que muchos textos, antes de ser publicados, requieren unos cuantos Ch-Ch-Ch-Changes más o menos drásticos. Algunos textos nos pueden llegar a desesperar ya durante la primera lectura, cuando, a la vista de los muchos errores, no nos queda otra que Read ′em and weep. Y no es tanto por los despistes como por cualquier Bad habit que detectamos. Si se trata de errores repetidos, es aconsejable advertir a Mrs. o Mr. Writer directamente sobre su mala costumbre en vez de solo señalarla. Partiendo de la idea de que al autor de un texto le debería interesar saber “¿Was I right or wrong?”, cualquier modificación deberá marcarse. Por eso, es bien conocido el color favorito de los correctores, ya que siempre que veamos algún error, nos toca Paint it red. Al contrario de lo que se piensa, los que corregimos textos no buscamos la fama ni somos sabelotodos ni queremos dejar en mal lugar al que escribió el texto. No, solo queremos una cosa: The right stuff!
Lo importante a la hora de revisar es actuar lo más objetivo posible y no usar solo el criterio de “Ain’t my style”. Al contrario, a la vista de expresiones y fórmulas que tal vez no hubiéramos usado de esta manera, pero que sí son correctas, solo cabe mostrar… ¡Respect! Al fin y al cabo, nuestra tarea consiste en corregir el texto y se limita a Correct me if I’m wrong. Dependiendo de cuáles son los errores que se encuentra un revisor o corrector, las reacciones pueden ser varias: por ejemplo, hay Things that make you go hmmmm… y otras que nos provocan algún que otro Scream o nos hacen pensar del autor: “U should know better …”
Sin duda, los puntos, las comas y los demás signos deben estar en su sitio, ¡porque una correcta Punctuation es básica! La mayoría de los errores que se cometen en este sentido se deben a Commas que faltan, sobra o no están donde deben estar. (A todos los comas que tienden a camuflarse les dedico la canción del camaleón de la coma.) A decir verdad las reglas para el uso de la coma no siempre son inequívocas y, en ocasiones, admiten más de una versión. Esto vale, por ejemplo, para la Oxford Comma, que se puede poner, o no. En caso de duda debemos informarnos, siempre que no estamos seguros de un pasaje o una palabra, para averiguar That ain’t right o, por el contrario, It’s alright, it’s ok. Y es que nos toca solucionar las dudas por nuestra cuenta para que al final no quede No room for doubt.
Prestamos atención no solo a las palabras sino también a The space in between, porque dobles espacios también se consideran errores que debemos eliminar. Si el texto que revisamos es una traducción, también debemos asegurar que coincida con el original en cuanto al contenido y estilo, porque uno de los principios de los traductores es: Be faithful. Por eso, podemos criticar con razón una traducción que no es fiel al original si descubrimos que Everything‘s different. Da igual que haya texto Missing o Too much, siempre encontramos algo, sobre todo, si el traductor ha trabajado Under pressure. Y no lo digo como excusa, porque un error es un error y no debería cometerse, pero todos sabemos que Nobody’s perfect.
Un consejo para el futuro: Get it right next time y nunca cometas dos veces el Same mistake. Al fin y al cabo, las correcciones también buscan ayudar al autor en su proceso de Getting better…
Herrlich, André! Du hast mir mal wieder den bitteren Montagmorgen versüßt. Besonders nett finde ich, dass du dem Komma, dieser besonders scheuen Satzzeichenspezies, „Komma Chamäleon” gewidmet hast. Boy George kann bei niedriger Dosierung während einer sich dahinschleppenden Korrektur sicher Wunder wirken!
Ja, das Komma-Chamäleon scheint manchmal vom Aussterben bedroht und tritt dann plötzlich und ganz unerwartet wieder scharenweise auf. Ich hoffe, dass wir es noch lange in freier Wildbahn beobachten können … 😉