Traduciendo historia e historietas: la novela gráfica „Los surcos del azar“

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Entregué la traducción ya a principios de agosto, pero todavía no había tenido la ocasión de escribir sobre ella. (Este año he traducido unas cuantas novelas gráficas más, pero los que me conocéis sabéis que Paco Roca y sus obras son algo muy especial para mí.) Por eso, le dedico ahora el presente artículo, ya que toda traducción de cómic tiene sus dificultades particulares, tal como ya comenté en el caso de la traducción de Arrugas (alemán: Kopf in den Wolken). Según qué autor, estas dificultades pueden radicar en el tamaño de los bocadillos de texto o también en el estilo narrativo, los lenguajes técnicos o –como en la presente obra– el marco histórico. Los surcos del azar, cuyo título adecuado en alemán aún lo estamos buscando la editorial y yo, trata de unos republicanos españoles que, al final de la Guerra Civil, se ven obligados a huir de su país y que llegan a campos de trabajo en el Norte de África, de donde viajan luego con varias paradas intermedias a Inglaterra, para partir de nuevo con las tropas de los aliados hacia Francia, donde liberan París, ocupada por los nazis, para… finalmente ser olvidados. Por lo tanto, el cómic cuenta unos sucesos verídicos enmarcados en una acción ficticia, pero bien investigada, lo que significaba que en la traducción también había que diferenciar entre la realidad y la ficción. Es decir que los hechos tenían que trasladarse fielmente, mientras la trama que sirve de marco, y sus diálogos, me ofrecían algo más de margen. Las citas, el lenguaje técnico militar, los juegos de palabra, las expresiones coloquiales de otra época y las interjecciones en otros idiomas son sólo algunos de los desafíos a la hora de traducir Los surcos del azar, de los que he recopilado varios ejemplos a continuación.

Título, citas, canciones

El título de la obra ya alberga cierta dificultad, al tratarse una referencia directa a una cita del poeta Antonio Machado –“¿Para qué llamar caminos a los surcos del azar?”– que no sólo aparece como introducción al cómic sino también como una especie de hilo conductor a lo largo del mismo. Dado que, además, el mismo Machado hace una aparición breve en la trama, era de suma importancia tratar este verso correctamente. Tras consultar a la editorial alemana que, tal como averigüé, había publicado una obra bilingüe titulada Campos de Castilla / Kastilische Landschaften, una amable empleada me envió la traducción alemana creada por el conocido traductor Fritz Vogelgsang: „Warum Wege nennen, was Zufallsspuren sind und nicht mehr?“ Recibí la respuesta de la editorial a los cuatro meses de haber enviado mi consulta, pero todavía llegó a tiempo, así que… ¡muchas gracias por la ayuda! No obstante, el título alemán de la novela gráfica queda por decidir en este momento, ya que una traducción literal como “Die Zufallsspuren” no les daría ninguna pista sobre el contenido a los lectores alemanes.

Yo mismo di con la solución cuando en la obra se citó el conocido llamamiento a la resistencia que Charles de Gaulle hizo en 1940, ya que no lo quería ni podía traducir sin más. Buscando en internet di rápidamente con la página web de la Fundación Charles de Gaulle, de la que pude adoptar la versión alemana del discurso. Y no lo hice por pereza sino para poder ofrecerle al lector una versión que le resulte familiar, en vez de disfrazar el discurso con mis propias palabras y arriesgar que el lector no lo reconozca a primera vista. ¿Acaso pensaríais en el famoso discurso de Martin Luther King si leyerais “Estoy soñando”?

Aún más fácil me ha resultado el caso de la letra de la canción Lili Marleen, citada en el libro, porque sólo existe una versión válida en alemán: ¡el original! Una vez más, gracias a internet, no me costó nada dar con él.

Marco histórico

Hoy en día, internet supone una inmensa ayuda para que los traductores podamos acceder a información sobre prácticamente cualquier tema y en cualquier idioma corriente, para documentarnos y presentar determinadas anécdotas, citas o situaciones históricas fielmente en la lengua de destino. Pero internet no ha sido mi única fuente de información. Por casualidad, justo en la época en la que estuve traduciendo Los surcos del azar, en Valencia se organizó una exposición sobre el proceso de creación del cómic con mucho material histórico e información valiosa. Esta exposición me resultó muy útil para trasladarme a la época y la historia del cómic y para entender mejor las figuras y las relaciones entre ellas.

Aun así tuve que enviarle al autor unas cuantas dudas acerca de la jerga militar, por ejemplo una relacionada con la siguiente frase: “Hay que cargarse esa ‘perdiz’ si queremos tomar la colina.” Tal como me hacían sospechar las comillas, aquí “perdiz” no es una pobre ave sino el nombre coloquial con el que los militares solían referirse a un nido de ametralladoras. Éste, en alemán se llama “Maschinengewehrnest”, pero en la traducción he usado la versión corta habitual “MG-Nest”. También la siguiente frase me obligó a pedirle una explicación al autor: “Si le pegas un pepinazo con ‘el abuelo’ al consulado español […].” Claro que este dudoso “abuelo” tampoco es un señor mayor sino un arma que, a falta de un apodo adecuado en alemán, he traducido como “Geschütz”.

Bocadillos diminutos

En general no suelo tener problemas por bocadillos demasiado pequeños cuando traduzco una obra de Paco Roca. Casi siempre están dibujados con un tamaño generoso y con espacio suficiente incluso para las largas palabras alemanas. Y si no, el texto original suele dejar bastante margen de interpretación para poder encontrar una traducción más corta. En Los surcos del azar, sin embargo, hay una excepción que me ha dado mucho que pensar y, aun así, me ha obligado a pasarle el “muerto” a la editorial alemana sin haber dado con una solución: repartida en dos diminutos bocadillos se lee en el original la frase “No sé nadar.”, que en alemán no admite otra traducción que “Ich kann nicht schwimmen.” Pero ésta, por desgracia, no cabe en los bocadillos. ¿Qué hacemos? La longitud diferente supone un verdadero desafío para mí y el rotulista. Avisaré en cuanto damos con una solución adecuada.

 

Apodos y motes

Si a una compañía militar, por contar con una mayoría de miembros españoles, se le conoce como “La Nueve” incluso fuera de España y si sus soldados llamaban “El Patrón” al general Leclerc, no se puede cambiar sin más estos nombres en la traducción alemana. Al fin y al cabo se trata de historia, de sus testigos y de datos históricos, por lo que, en este caso, se quedan sin traducir. Otro personaje apodado como “gitano” también mantendrá ese mote en la traducción, ya que realmente existió el soldado con ese sobrenombre.

En otra parte me encontré con la frase: “Los ‘chinos’ os traéis un follón mental.” Para ir seguro le pregunté al autor si se trata de auténticos chinos, aunque las comillas me hacían sospechar lo contrario. La respuesta de Rocas: no, “chinos” fue como se llamaban los simpatizantes del partido Comunista en España. (¡Anda, otra cosa que he aprendido!)

Un problema similar surgió con la frase “¿Qué cojones te pasa a ti, polaco?”. Por si acaso, también le consulté a Roca, pero, esta vez, no había usado “polaco” como apodo despectivo para un catalán, ¡el personaje dibujado realmente fue un polaco!

 

Onomatopeyas

Aquí me refiero a las onomatopeyas típicas de una historia de guerra tales como “boum”, “bang” y “tatata”, de las que algunas se modifican en la traducción al alemán para que los lectores los identifiquen con los sonidos correspondientes. Como de momento no está terminada la revisión de mi traducción, no sé si se aceptan mis propuestas “Bumm”, “Bang” und “Ratatat” o si habrá cambios. En todo caso se pretende que las onomatopeyas que finalmente se decidan no le sean totalmente desconocidas al lector: deberá se capaz de reconocer a primera vista que aquí se trata de bombarderos y disparos.

En un caso no tenía claro qué quería decir la onomatopeya en castellano: para descifrar “WOOE WOOE” tuve que preguntar también al autor, y me enteré de que era el sonido de una sirena. Mi propuesta para la versión alemana era “WIIUUII WIIUUII”, aunque no me convence del todo…

 

Expresiones con doble sentido

Cuando me encuentro con frases hechas y expresiones que me hacen dudar, prefiero ir seguro y desquiciar al autor con mis preguntas (¡por suerte, aún no ha ocurrido!) a correr el riesgo de que se pierda algo del significado y de la intención originales.

Así, en una escena aparece el mismísimo Ernest Hemingway y dice “Como mi amigo Belmonte, me he cortado la coleta.” Averigüé que el torero Belmonte, un amigo del escrito estadounidense, había sido uno de los primeros matadores en no esperar hasta después de su última faena para cortarse la habitual coleta sino que lo hizo aun durante su periodo profesional activo. No obstante, la frase hecha de “cortarse la coleta” se usa también en sentido figurado cuando alguien abandona una determinada actividad. Por eso tuve que preguntarle al autor si este doble sentido estaba intencionado y si, por lo tanto, debía mantenerse o no. Fue así como me enteré de que Belmonte, por lo visto, cortó su coleta de torero como protesta contra el régimen de Franco, pero que en el cómic Hemingway usa la expresión en sentido figurado para anunciar su voluntad de dejar atrás su vida y su trabajo en la España franquista. Sabiendo eso, en la traducción he procurado no inventarme ninguna coleta para Hemingway ­…

En otra parte del libro, en concreto en los “Agradecimientos”, Roca menciona a un compañero de profesión llamándolo “el sensible autor Miguel Gallardo”. Cuando se lo consulté me dijo que se trataba de una broma recurrente entre los dos autores, que son amigos, sobre que se les considera autores muy sensibles y preocupados por los temas sociales.

 

¿Tutear o hablar de “usted”?

Ya he tratado esta dificultad en un artículo anterior. En el fondo surge en prácticamente todas las traducciones del castellano al alemán, donde, según la situación, la jerarquía y la edad de los interlocutores deberá valorarse en cada caso si en alemán se hablarían de tú o de usted. De nuevo, lo importante es que suene natural para que el lector no dude y no se interrumpa el flujo de lectura. Y es que en la novela gráfica, el álter ego de Roca utiliza rápidamente el “tú” en una situación en la que no se usaría en alemán, por lo que lo he sustituido por el “usted”.

En otro caso he tenido que consultarle al autor, ya que, en una conversación, sus personajes a veces se tutean y a veces no. Por lo visto, se trata de un error, por lo que acordamos hacerles hablarse de usted.

Juego de palabras chistoso

En otra parte de Los surcos del azar, Paco Roca creó un auténtico rompecabezas para traductores, un chiste basado en un juego de palabras que, de esta forma, sólo funciona en castellano. Se trata de un malentendido entre una inglesa y un soldado español que malinterpreta una pregunta que le hace en inglés y piensa que le dice “tú moro” cuando en realidad le pide una nueva cita para “tomorrow”. Por supuesto que la comicidad de la situación deberá mantenerse también en alemán, por lo que me tuve que romper la cabeza para crear un juego de palabras chistoso que estuviera a la altura. A la hora de hacerlo, la dificultad no sólo resistió en recrear la situación dibujada, que provoca risas y burlas entre los personajes, en forma de un malentendido plausible. Además forma la base de un pequeño chiste recurrente, ya que, más tarde en el libro, al soldado mencionado le hacen burla en dos ocasiones llamándolo “El Moro”. Una traducción literal del juego de palabras sería absurdo, por lo que (siguiendo la frase hecha italiana del “traduttore, traditore”) he tenido que traicionar un poco el original para encontrar el mejor sustituto posible. En la versión alemana, el soldado malinterpreta “tomorrow, ok?” como “to Morocco”, y “El Moro” se convierte en “Mr To Morocco”. ¿Se os ocurre una solución mejor? ¡Aún estáis a tiempo!

Exclamaciones sin traducir para preservar el “colorido local”

En Los surcos del azar, en el marco de las acciones bélicas, aparecen diferentes nacionalidades –británicos, franceses, españoles, alemanes–, por lo que me ha parecido buena idea conseguir que el lector alemán se dé cuenta de esta circunstancia, tal como ocurre también en el original. Por eso he mantenido algunos gritos de júbilo que, en mi opinión, no requieren traducción para ser entendidos, como, por ejemplo, “¡Viva la República!” o “¡Vive la France!”; sólo he quitado el signo de exclamación inicial, claro. En una ocasión incluso he sustituido una exclamación en español por su equivalente en francés, ya que es una francesa la que grita “Vive l’Alsace française!”. Espero que la editorial me permita tomarme esa licencia “traductoril”.

En noviembre previsiblemente terminará la revisión de la traducción, y podré añadir algunas de las soluciones adoptadas. Si queréis saber las soluciones definitivas a estas cuestiones y otras en la versión alemana, os ruego que tengáis paciencia. La obra se publicará previsiblemente en la primavera de 2015, porque ya sabéis eso de “publícame despacio que tengo prisa”.

18 Comentarios

  1. Gracias por compartir el proceso de traducción de Los surcos del azar, muy interesante. Bien resuelto lo del moro, por cierto.

    En relación al bocadillo diminuto, en ese caso se podría poner «Ich kann…» (en dos líneas) en el primero y «… nicht schwimmen.» (en dos líneas). Queda muy apretado, pero es viable. Eso sí, lo ideal sería ampliar el bocadillo inferior, que hay espacio libre al fondo.

    Lo que no me convence es lo de la «perdiz» como «nido». El lector medio español sabrá qué es un nido de ametralladoras, pero no una perdiz. Igual en alemán sería más conveniente dejar «Nest» a secas, sin especificar «MG-», para mantener algo del efecto de exotismo o riqueza histórica que tiene el original.

    • Hola, Jordi:

      Gracias a ti por leerme y por comentar. La verdad es que también había pensado en la solución que propones para los bocadillos pequeños, pero no creo que el primero esté hecho para dos línes de texto ni que pueda caber “schwimmen” en el otro, porque son cuatro caracteres más que en “nadar”, y no hay tanto margen. Lo ideal sería ampliar el segundo bocadillo, sí, pero es una decisión que debe tomar la editorial, claro.

      En cuanto a tu segundo propuesta: me parece una idea genial, y se la comentaré a la revisora cuando hablemos de la versión final. ¡Muchas gracias!

      Saludos,
      André

  2. Yo también tengo que agradecerte que compartas tu experiencia con ‘Los surcos del azar’. No he tenido todavía ocasión de leerla, pero la tengo en casa y caerá pronto.

    Para traductores del mundo audiovisual como yo, sin experiencia profesional traduciendo novela o novela gráfica, es un gustazo sentirse de alguna manera espectadores o partícipes de tu proceso de traducción (con cierta envidia, a decir verdad).

    Me quedo con el runrún del juego de palabras de “tomorrow”. La opción de ‘to Morocco’ me parece muy acertada, dada la dificultad, pero aun así seguiré dándole vueltas, por si…

    Suuperinteresante. ¡Enhorabuena!

    • Hola, María:

      Gracias a ti por tu interés y comentario. La envidia es mutua, porque siento más que admiración y respeto para vosotros, los traductores audiovisuales.

      Y sí, estoy seguro de que te gustará la obra. ¡Anda, colócala encima de la torre de libros pendientes de leer! 😉

      Por supuesto, si se te ocurre otra solución para el juego de palabras, ¡bienvenida sea!

      Hasta pronto,
      André

  3. Moin Moin,
    2015 gab Reprodukt “Die Heimatlosen” heraus. 7 Jahre nach der Übersetzungsarbeit stoße ich auf Deinen Blog. Es macht richtig Spaß, zu lesen wie das alles zustande kam. Ich habe auch das Original: “Los surcos del azar” (um mich dem Spanischen näher zu bringen). Ich lasse mal mein Bauchgefühl sprechen, das meint nämlich, es hätte als Titel viel spannender gefunden: “Furchen des Zufalls”. Ich mag übrigens sowieso Paco Rocas Geschichten. Hatte noch nie etwas über all die Kämpfer gehört, die am Ende des spanischen Bürgerkriegs fliehen mussten. Danke!
    Paul Gerhard Herget

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