Alemolpedia: „cuñado“ und „cuñadismo“

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Vuelvo a investigar un “nuevo” término español –en realidad, dos–, y escribo “nuevo”entre comillas porque, en realidad, el término en sí, no es nuevo. Todos sabemos lo que es un “cuñado” en el sentido literal: “el hermano del cónyuge de una persona” o “el cónyuge del hermano de una persona”, según reza la entrada en el DRAE. “cuñadismo”, el término derivado, solía referirse solo al “nepotismo en favor de un cuñado” (del estilo del alemán “Vetternwirtschaft”). En los últimos años, sin embargo, ha surgido otro significado con el que se usa cada vez más –primero en las redes sociales, luego también en los medios de comunicación españoles–: “la actitud de opinar sobre todo sin saber de nada y tratar de quedar por encima de los demás”, tal y como resumen un artículo de la Fundéu y también un vídeo al respecto.

La actitud descrita se atribuye popularmente a los cuñados (en España), que tienen la fama –merecida o no– de ser unos sabelotodos y metomentodos y de ir de listillos. De acuerdo con esta nueva acepción se tildan en España de “cuñados” también a hombres sin que exista parentesco alguno, tan solo por su forma de ser y actuar. Muchas veces, esos cuñados se asocian con la idea de cierta ranciedad para expresar que las opiniones lanzadas por ellos se han quedado anticuadas y pasadas (ver artículo sobre “cuñadismos tecnológicos”). Los estereotipos, los clichés, las insulseces, las muletillas y los chistes malos, repetidos hasta la saciedad, abundan en el discurso de esos cuñados. Así lo constata el interesante “Tratado sobre el ‘cuñadismo’”, uno de muchos intentos de explicar el fenómeno de este término, que, por cierto, estuvo a punto de ser elegida palabra del año 2016 (al final ganó “populismo”) y que ha alimentado desde apps hasta cómics como la serie “Ranciofacts” de Pedro Vera.

Según el autor del citado tratado, que también menciona la grafía alternativa “cuñao”, estos personajes tienen en común una característica imprescindible: “La única condición indispensable para ser un cuñao puede ser, entonces, el origen: ser español. Las corresponsales de EL MUNDO en Francia, Italia y Alemania han indagado, a petición de PAPEL, en la cuestión de si existe una figura equivalente en sus lugares de residencia a la de cuñao. La respuesta unánime es que no.” Lo cierto es que los ejemplos notorios que se citan son todos españoles (Bertín Osborne, Javier Cárdenas y Albert Rivera, entre otros), y solo se me ocurre una figura pública alemana que encaja con la definición del cuñado, el humorista Mario Barth, una especie de Jorge Cremades, para que os hagáis una idea.

Viendo que escasean los “cuñados” en Alemania, es claramente difícil, por no decir imposible, dar con una traducción exacta, ya que, como habéis visto, el concepto del “cuñado” es complejo y reúne las características de un “Besserwisser” o “Klugscheißer” (sabelotodo), “Nervensäge” (pelmazo, tocapelotas), “Schaumschläger” (fanfarrón/cuentista), “Wichtigtuer” (farolero) “Proll” (“persona vulgar”). Por tanto, siento tener que admitir que, que yo sepa, en alemán no existe una palabra que refleje todas estas facetas, porque simplemente no tenemos cuñados suficientes como para haber aCUÑADO (¡juas!) un término para ellos. Corregidme, si me equivoco… Pero como no existe nada que fuera del todo intraducible, recomiendo que se haga con alguno de los términos citados en función de la(s) característica(s) que se quiera destacar del cuñado en cuestión o recurriendo a una combinación de varios términos: “besserwisserische Nervensäge”, “wichtiguerischer Schaumschläger” o “nerviger Klugscheißer” (mi favorito).

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9 Comentarios

  1. Hola René,

    yo creo que has dicho casi todas las posibles traducciones… He buscado un poco en internet y he encontrado “Krümmelkacker”, que por lo visto se dice en Berlín, y “Großmaul”. También existe el “Oberlehrer”, pero a este concepto creo que va más en dirección a un “Angeber”, le falta la noción de hacerse el pesado…

    Un saludo,

    Montserrat

  2. Menos mal que alguien se ocupa aún de las palabras intraducibles, yo me pierdo en demasiados proyectos simultáneos. Nerviger Klugscheisser me parece muy bien para salir del paso, a mí no se me ocurre tampoco nada mejor. Tal vez es que en España hay más cuñaos que en el extranjero o se atreven a mostrarlo con menos vergüenza: al fin y al cabo, estamos en familia (si no no se llamaría cuñao, se llamaría el vecino de enfrente. Yo al cuñao siempre me lo he imaginado de sobremesa en las fiestas familiares. Tal vez me equivoque, tengo la suerte de tener pocas experiencias de primera mano con elllos). Igual en otros idiomas les cuesta más ser cuñao por falta del concepto como referencia – mejor para ellos.
    Un saludo!

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